viernes, 3 de septiembre de 2010




EDUCACION Y ECONOMIA
Pedro Lima Ramírez/Articulista | Columna Noticias
Jueves 19 de Agosto de 2010

En días pasados, el 12 de agosto, se celebró en México, el Dia Internacional de la juventud; en las mesas de trabajo y análisis allí expuestas, fue analizada la problemática central que enfrentan los jóvenes de todo el mundo. Cada espacio de trabajo analizó con expertos las distintas formas en que los Estados están atendiendo las demandas de la población joven en sus regiones, población que, en términos generales, representan en buena parte el futuro de las naciones.

En estas jornadas, llamó la atención también, las propuestas hechas por los mismos jóvenes en torno a las perspectivas de participación social, sus retos y oportunidades en las economías globalizadas en donde ellos participan y/o participarán en el futuro cercano. Asimismo, analizaron las políticas públicas de atención a los jóvenes y sus consecuencias. Los temas tratados fueron amplios e importantes: Educación, salud, empleo, alimentación, su participación en conflictos armados, drogas, explotación laboral, migración, sólo por mencionar algunos de los temas analizados.

Los temas analizados indican que la población joven en el mundo tiene necesidades y prioridades que les son comunes en menor o mayor grado dependiendo del tipo de economía en donde los jóvenes se desarrollan o sobreviven. Para el caso de México, una pregunta parece obligada: ¿Estamos como sociedad respondiendo a las necesidades y demandas de los jóvenes?, la respuesta inmediata también obligada es NO. Los jóvenes en nuestro país están prácticamente abandonados de toda política pública que los atienda; el Programa Nacional de la Juventud (2008-2012) y la Ley Nacional para los Jóvenes propuesta por los Diputados Federales quedaron en meras propuestas que sólo sirvieron para legitimar tiempo y recursos del Ejecutivo y Legislativo. Así, los más de 120 mil millones encargados a las diferentes dependencias no tuvieron ni un uso racional ni transparencia en su asignación.

En estas condiciones, es poco probable que en las subsiguientes reuniones en torno a la atención de este sector, salga algo relevante en la atención de este grupo poblacional. Además, si nos referimos a los datos proporcionados por organismos públicos dependientes del Gobierno Federal como el INEGI o de los provenientes de organismos como el Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE), estos contribuyen a alimentar nuestra preocupación por el futuro de ellos y el de nuestro país como nación democrática.

En México, la población de 15 a 29 años en 2009 fue de 28.1 millones de jóvenes; lo que representa el 26.1 del total de la población de ese año, si consideramos también dentro de este grupo a los que tienen entre 13 y 14 años, el porcentaje de jóvenes tiende a aumentar de manera importante, - a ellos nos referiremos en otra ocasión -. De los datos anteriores, se desprende la urgencia ya de contar con políticas públicas de atención a los jóvenes. Asimismo, si consideramos datos provenientes de Instituciones como el Consejo de Evaluación Nacional de la Política de Desarrollo Social ( Coneval), los datos son más alarmantes, el organismo en cuestión informa que, de la población joven que menciono en líneas arriba, 14.9 millones de hombres y mujeres se encuentra en condiciones de pobreza, 3.3 millones en extrema pobreza y 14.9 millones de jóvenes se encuentran en situación de vulnerabilidad por motivos de carencia social, esto es, que carecen de acceso a salud, educación, alimentación y vivienda digna.

Otro problema serio abordado en las mesas de trabajo, fue referente al desempleo que enfrentan los jóvenes en América Latina de manera casi particular y de manera global los jóvenes a raíz de la crisis del año pasado, ya que un sector importante de la población joven, aun cuando cuenta con una formación académica sólida, no tiene acceso al mercado laboral, por lo que la migración de mano de obra calificada se está volviendo una alternativa para su sobrevivencia en nuestros países, en México es cada vez más frecuente que mentes brillantes sin oportunidad aquí están abandonando el país en números alarmantes. El dato más cruel, - y vergonzante – para nuestro país lo representan los casi 8 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, a quienes se les estigmatiza y señala como si ellos fueron culpables de dicha situación, situación que los vuelve altamente vulnerables y reclutables para asumir conductas delictivas, como lo señala la iglesia católica, (La crónica 2/Ago/2010).

Para finalizar, pero no menos serio es el hecho que se presenta en la demanda de espacios educativos que se cierran cada vez más a los jóvenes; de las 71 mil solicitudes de ingreso al Instituto Politécnico Nacional (IPN), sólo fueron aceptadas 23 mil, por su parte, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recibió más de 140 mil solicitudes de ingreso en donde sólo pudieron ser admitidos 16 mil.

En días recientes, el Rector de la UNAM reiteró lo que en educación básica es recurrente y para nadie desconocido, que de 100 alumnos que ingresan a educación básica, sólo 18 pueden terminar una carrera profesional en nuestro país.

Ante estas circunstancias, es urgente modificar rumbos, no podemos, no debemos como sociedad condenar el futuro del país, se hace imperativo por el bien de todos, generar expectativas a nuestros jóvenes a partir de la elaboración de políticas públicas que los atiendan y creen espacios de participación para todos los jóvenes. (Agosto/2010)

referencia: Lima Ramíres Pedro. (2010). Educación y economía. Viernes 03 de Septiembre de 2010
Atlixco, Puebla.http://www.columnanoticias.com/detalle_noticia.php?noticia=1459Viernes 03 de Septiembre de 2010
Atlixco, Puebla 

1 comentario:

  1. la economía tiene mucho que ver en la educación de hoy en día ya que algunos no tienen las mismas posibilidades que otras personas en lo personal creo que algunos maestros se pasan en dejar o pedir cosas innecesarias como por ejemplo piden ciertas libretas o colores de marcas y tamaños y creo que no es tan necesario pedir eso sino algo que económicamente todos los puedan adquirir.

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